Manejo del Estrés Vegetal


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Tipos de estrés vegetal

Lunes, 25 Octubre 2010
Experiencia en cultivos

Entre ellos destacamos los causados por temperaturas bajas (estrés por frío, por helada) o elevadas (estrés por golpe de calor). Por debajo o por encima de una determinada temperatura, dependiendo del vegetal, las plantas sufren daños severos que limitan su óptimo funcionamiento. Una exposición al frío paraliza actividades enzimáticas e induce un descenso en la fluidez de las membranas celulares, con lo que el transporte de agua y nutrientes a través de las mismas puede verse afectado y la planta dejar de producir. Si la bajada de temperatura es intensa y repentina la planta corre el riesgo de congelación, con la consiguiente formación de cristales de hielo dentro de la célula, que provocarán una fuerte deshidratación celular.


Factores del estrés por causas climáticas

Por el contrario, un exposición prolongada a temperaturas extremadamente elevadas daña la célula por incativación de enzimas y desnaturalización de proteínas, lo que induce un aumento en la fluidez de las membranas celulares, es decir, la permeabilidad de los solutos a través de ellas queda alterada. El calor intensifica también la respiración de las plantas con relación a la fotosíntesis, lo que puede provocar una paralización del crecimiento.

 

En nuestro clima mediterráneo, los veranos calurosos no sólo destacan por temperaturas altas sino que suelen ir acompañados de una fuerte sequía.

 

El conocido estrés hídrico puede ser tanto por una falta de agua (sequía), como por un exceso de ella (asfixia radicular). A modo de ejemplo, el primero se produce cuando la transpiración de la planta es mayor que la absorción de agua. Una de sus primeras manifestaciones es la pérdida de turgencia celular, lo que conlleva la deshidratación de la célula, el cierre estomático y la bajada de la capacidad fotosintética.

 

Por último, existen los daños físicos causados por agentes climáticos como el viento o el granizo, lo cuales provocan la ruptura de partes o de todo el vegetal con los consiguientes retrasos o pérdidas de la producción que conlleva.
 
Factores del estrés asociados al manejo de cultivo

 

Las prácticas culturales llevadas a cabo en los campos de cultivo para optimizar las producciones pueden causar daños en las plantas y su medio si se realizan de forma inadecuada. Por ejemplo, puede provocar en la planta problemas de fitotoxicidad por tratamientos fitosanitarios.

 


Por otro lado, a una mala gestión del agua, la salinización de los suelos se está convirtiendo en uno de los grandes problemas de la agricultura mundial. El estrés salino provoca en el vegetal problemas de toxicidad debido a la elevada concentración salina, a la vez que se produce un efecto osmótico que impide a la planta absorber el agua y los nutrientes que necesita.

 

 



La carencia de algún elemento esencial se manifiesta en diferentes sintomatologías fisiológicas y/o morfológicas según el caso. El llamado estrés carencial muchas veces no viene dado por la presencia insuficiente de un determinado elemento en el suelo, sino porque este se halle en una forma que la planta no pueda absorber.

 

 

Por otro lado, existen los daños físicos que la planta puede sufrir debido a un inadecuado uso de las herramientas y maquinaria agrícola. La práctica de la poda, los daños en las raíces por labores culturales, etc. Cuando se produce una herida en la planta, su severidad no depende tanto de los daños en sí, sino del riesgo de padecer una infección, ya que la herida puede actuar como la de entrada de organismos patógenos.

 

La correcta realización del trasplante es otra práctica cultural importante en agricultura. El factor crucial que determina el desarrollo de la plántula en esta primera fase del cultivo es el buen inicio de la actividad radicular.

 

Factores del estrés por causas asociadas a momentos fenológicos

 

Desde la germanización de la semilla a la fase de senescencia, la planta se desarrolla vegetativamente y se reproduce, pasando por una serie de etapas que conforman su ciclo biológico.

 

Dicho desarrollo vienen enmarcado por una serie de cambios fisiológicos y metabólicos, los cuales permiten el crecimiento de la planta y la diferenciación de sus diversas estructuras, según el momento fenológico en que se encuentre.

 

Estos momentos de cambio suelen ser críticos para la planta en cuanto a sus susceptibilidades frente a cualquier tipo de variación en las condiciones óptimas de desarrollo. Los factores del estrés coinciden con los estadios como el desarrollo embriogénico, la brotación, la floración, el cuajado y la maduración del fruto en que la planta es más sensible por los cambios interiores complejos que padece. La entrada en estas diferentes fases viene determinada genéticamente y depende de las condiciones ambientales.

 


La señal común de inicio de cada proceso es un cambio en los contenidos endógenos de hormonas, a los cuales les siguen cambios en la distribución interna de los metabólicos de la planta. Estas fases sensibles coinciden además con los estados críticos del cultivo para la obtención de una óptima producción.

 

 

 

 

 

 

 

 

Factores del estrés por presencia de patógenos

Existen varios grupos de organismos que causan daños en las plantas. Sin duda, uno de los más perjudiciales es el grupo de los insectos, porque pueden llegar a representar verdaderas plagas en el campo. Podemos clasificar los insectos según el modo en que perjudican a la planta: insectos seccionadoras de sabia, roedores de brotes, excavadores de galerías, vectores de agentes patógenos, etc.

 Las infestaciones de nematodos tienen una creciente importancia debido a la próxima desaparición de los desinfectantes químicos convencionales. Estos habitantes de los suelos atacan a las raíces, con deformaciones y agallas, pero sus  síntomas son muy visibles en la parte aérea del vegetal: marchitamiento, amarillamiento, pérdidas de vigor y particularmente, pudrición.

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